Los yacos destacan entre otras especies de loros por su gran habilidad para imitar voces humanas y otros sonidos, además de por su ya reconocida inteligencia. Esto les permite pronunciar enunciados simples con la intención correcta. De alguna manera casi podríamos decir que los yacos pueden comunicarse con nosotros a través del habla. La imitación vocal, que es una conducta natural para la mayoría de especies de psitácidos y otras aves, es además una conducta que favorece los vínculos sociales. En vida libre los yacos aprenden a imitar sonidos de la naturaleza y de otros animales, pero también utilizan su propio “vocabulario” para comunicarse entre los distintos miembros del grupo. Para un loro en casa, sonidos como pueden ser el timbre de la puerta o el teléfono, el saludo o la despedida son las primeras cosas que aprenderá a imitar. Un lorito que se sienta cómodo en su hogar y que tenga oportunidad de participar en la vida familiar estará muy motivado por imitar sonidos y aprender cosas nuevas, a diferencia de aquellas aves que viven sin ningún tipo de estimulación. Y poco a poco, de forma espontánea, irá desarrollando un vocabulario propio para comunicarse con los distintos miembros de la familia.A título orientativo, los bebés de yaco empiezan a pronunciar palabras antes de finalizar el primer año de vida.